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Aumenta la tensión tecnológica: China investiga al fabricante estadounidense de chips Micron Technology por riesgos de ciberseguridad
Que China y EEUU no han sido, son y serán los mejores socios comerciales del mundo es de sobra conocido. Sin embargo, la mala relación entre ambas potencias continua su escalada y la desconfianza entre Pekín y Washington alcanza cuotas históricas.
El último de los enésimos movimientos de recelo entre ambas potencias lo ha llevado a cabo China, que ha lanzado una investigación de ciberseguridad contra Micron Technology, uno de los mayores fabricantes de chips de memoria de Estados Unidos.
La Administración del Ciberespacio de China (CAC) ha afirmado que revisará los productos vendidos por Micron en el país. Sin embargo, hay quienes aseguran que es se trata más de una nueva represalia después de que los aliados de EEUU en Asia y Europa anunciaran nuevas restricciones a la venta de tecnología clave a Beijing.
En un comunicado lanzado el viernes pasado a última hora de la tarde, China aseguraba que tenía como objetivo el «garantizar la seguridad de las cadenas de suministro de infraestructura de información clave, prevenir los riesgos de ciberseguridad causados por problemas ocultos de productos y mantener la seguridad nacional«.
Unas declaraciones que cobran mayor importancia tras anunciar Japón -aliado de EEUU- ese mismo día que restringiría la exportación de equipos avanzados de fabricación de chips a países como China.
China, entre la necesidad económica y las represalias
También el mes pasado, los Países Bajos revelaron nuevas restricciones a las ventas en el extranjero de tecnología de semiconductores, citando la necesidad de proteger la seguridad nacional. Mientras que en octubre, Estados Unidos prohibió a las empresas chinas comprar chips avanzados y equipos de fabricación de chips sin licencia.
Tras dichas declaraciones, las acciones de Micron se hundieron un 4,4% en Wall Street, la mayor caída en más de tres meses. Y es que, Micron obtiene más del 10% de sus ingresos de China.
Ya en una presentación anterior, la compañía con sede en Idaho había advertido de tales riesgos: “El gobierno chino puede restringirnos la participación en el mercado chino o puede impedirnos competir efectivamente con las compañías chinas”.
China ha criticado fuertemente las restricciones a las exportaciones de tecnología, diciendo el mes pasado que «se opone firmemente» a tales medidas. De hecho, en un esfuerzo por impulsar el crecimiento y la creación de empleo, Pekín está tratando de atraer inversiones extranjeras mientras lidia con sus propios desafíos económicos.
A su vez, el gigante asiático también ha ejercido una creciente presión sobre las empresas extranjeras. En enero, las autoridades cerraron la oficina de Beijing de Mintz Group, una firma de inteligencia corporativa estadounidense, y detuvieron a cinco empleados locales. Y días antes, suspendieron las operaciones de Deloitte en Beijing durante tres meses e impusieron una multa de 31 millones de dólares por presuntos errores en su trabajo de auditoría de un administrador de deuda en dificultades de propiedad estatal.