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¿Fragmentación en GNU/Linux? De risa, comparada con la de Android
GNU/Linux. Android. ¿Sistemas hermanos? Sin duda, comparten el corazón, al basarse en un modelo de desarrollo Open Source; y el cerebro, con Linux como núcleo. El primero lleva años liderando segmentos como el de los servidores o superordenadores, mientras que en el escritorio tradicional de PC, en el mercado de consumo, guarda una posición residual, según indican las principales estadísticas. Por su parte, Android ha conseguido convertirse en pocos años en un éxito comercial sin parangón.
Uno de los debates interminables del mundillo GNU/Linux trata sobre la gran cantidad de distribuciones que hay y la fragmentación de mercado que eso conlleva. Aunque también existe una contraposición, que llama a esa fragmentación diversidad y lo considera una fortaleza. Algo similar le ocurre en un principio a Android, no en vano más de una tercera parte de sus cientos de millones de usuarios continúan utilizando en sus teléfono Android 2.3 Gingerbread, versión lanzada en 2010 cuya última actualización, la 2.3.7, se liberó a finales de septiembre del 2011.
¿Qué fragmentación es más grave? Es un asunto realmente complejo, y no son las mismas consideraciones a tener en cuenta en ambos casos. Por ejemplo, se podría argumentar a favor de Android que su fragmentación no afecta de manera acusada al usuario en la práctica, pues la gran mayoría de aplicaciones siguen estando a su disposición; hay factores que dependen de las características técnicas del terminal, etc. Para GNU/Linux no valen estas explicaciones.
El sino de GNU/Linux es que todavía no ha conseguido alcanzar una posición destacada en el mercado. Ni siquiera Ubuntu, el proyecto más popular. Si a eso le sumamos el montonazo de distribuciones disponibles, da la sensación de que el nuevo usuario se va a encontrar perdido, al mismo tiempo que se desperdician recursos por la duplicidad de desarrollos. Como decimos, es un asunto complejo cuyo panorama, no obstante, resulta bastante más halagüeño que el de Android.
Para empezar, la gran mayoría de distribuciones populares dependen o están apadrinadas por empresas serías. Para rematar, se basan unas en otras, por lo que cuestiones como mantenimiento y compatibilidad son mucho más llevaderas para los desarrolladores. Y lo más importante: el sistema de actualizaciones, muy especialmente actualizaciones de seguridad, es claramente superior al de Android.
Entiéndase que aquí en MuySeguridad hablamos de lo que hablamos, seguridad en el ámbito informático, y llegados a este punto hay que recordar que las actualizaciones de seguridad en GNU/Linux no solo llegan, sino que lo hacen, por norma general -y, por supuesto, la comparación con sistemas privativos es directa-, en tiempo récord. Nada es infalible, desde luego, pero, aun sin ser un éxito comercial, es harto improbable que se llegue a considerar a cualquier distribución GNU/Linux seria como una «práctica de negocio fraudulenta y engañosa«, como sí le ha pasado, con razón, a Android. Aunque no sea solo culpa de Google.
Visto así, es preferible tener cien distribuciones distintas -cada una enfocada en un nicho de mercado e incluso con algunas compitiendo en el mismo- no mayoritarias pero bien mantenidas, que un sistema vulnerable al extremo y sin solución -más allá de adquirir un nuevo dispositivo- debido a sus políticas de seguridad. De nuevo, aunque no solo sea culpa de Google, y aunque no sea tan grave la situación como pudiese parecer, siempre que sea el usuario el que se preocupe por sí mismo, ya que las compañías en las que se deja los cuartos, léase fabricantes, operadorass y demás, pasan olímpicamente.