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La inteligencia británica espía todas las comunicaciones mundiales
Derivado del escándalo PRISM y de las mismas fuentes que lo destaparon, el diario The Guardian asegura que la agencia de inteligencia británica GCHQ tiene monitorizadas las mayores redes troncales de fibra óptica por las que circulan la mayoría del tráfico telefónico y de Internet mundial.
La operación de ciberespionaje británico, con nombre en código ‘Tempora’, incluye interceptores en los cables submarinos trasatlánticos bajo conocimiento y acuerdo con las empresas comerciales que construyen y operan los claves.
Según las fuentes, el alcance de Tempora es gigantesco, incluso mayor que el de la operación de vigilancia electrónica masiva llevada a cabo por la NSA estadounidense (aunque comparten información) bajo PRISM y que ha salpicado a las grandes tecnológicas del país como Google, Apple o Microsoft.
La cantidad de información a la que tendría acceso Tempora sería enorme ya que tendría monitorizado 200 cables de fibra por los que pasan 10 gigabits de datos por segundo.
Unas 850.000 empleados y contratistas públicos y privados tendrían acceso a esta enorme base de datos, aunque los informes de alto secreto serían de 750 analistas de GCHQ y NSA que trabajan específicamente en el filtrado de información entre llamadas, correo electrónico, documentos, redes sociales y todo lo que se mueva en Internet.
La información, con todos los indicios de ser cierta al igual que PRISM, reaviva el debate de hasta dónde debe alcanzar el ciberespionaje en aras de la seguridad y si es lícito una vigilancia generalizada y sin control de todas las redes de telecomunicaciones y de Internet, en un grave atentado a la privacidad de los ciudadanos.
Ironías del destino, Edward Snowden, filtrador de la información, acaba de ser acusado formalmente de espionaje por el gobierno de Estados Unidos.